3.12.07

La "ruptura" de la decé


Cada cierto tiempo emerge en la política chilena el fantasma del rupturismo. Este espectro parece preocupar más a los que lo observan que a quienes lo viven. Los corcoveos del senador Adolfo Zaldívar para reencantar el electorado de centro decé han sido leídos como un signo negativo de inestabilidad política, fractura intrapartidaria y, al final del día, un símbolo del bajo nivel de unidad dentro de la decé (nivel de unidad hecho trizas desde las primarias de la Concertación en que Andrés Zaldívar perdió con Ricardo Lagos en 1999).

Menos escandalera habría si uno pone atención a la estrategia de largo plazo de Adolfo Zaldívar: reencantar al electorado decé perdido ante el avance de la izquierda dentro de la Concertación.

Claro que es un electorado bastante diferente del que se aburrió en 1999 y pareció adaptarse a la hegemonía socialista del pacto. No es uno de "derecha", sino uno que parece estarle pasando la cuenta a la derechización de la izquierda, que viene desde la segunda mitad del gobierno de Lagos. En la práctica, Adolfo Z acusa a la Concertación de ser un gobierno para la clase empresarial. No está tan, tan perdido.

Otra cosa es que esto sean puros cálculos electorales. La plataforma de Adolfo Z, al menos la ilusión de gobierno corportativo que él da (el "antimodelo") es imposible de transformar en gobierno salvo tal vez en aspectos puntuales (una cancelación unilateral de contratos de Transantiago, por ejemplo, para así asumir la pérdida y lanzar un nuevo plan mesiánico de transporte público).