En aquellos tiempos en que la estrella de Lavín ascendía y Marcelo Trivelli actuaba como el defensa "patitas con sangre" que debía taclearlo en todo tiempo y lugar, Sebastián Piñera era el moderado liberal que trataba de seducir al electorado de centro desencantado de la Concertación. Ahora, las figuras se revierten pero el modelo sigue igual: Lavín es el hombre de consenso y Piñera el destemplado crítico de una presidenta "sin liderazgo". Es Lavín quien apunta al electorado de centro aburrido de la Concertación.
Claro que no es el único. Adolfo Zaldívar está haciendo lo mismo.
Me pregunto, en todo caso, quién está sirviendo a sus respectivos electorados de Derecha y de Izquierda a secas, que aún existe. No digamos que Piñera -a quien la Derecha dura aún tiene que tragarlo con litros de aceite de morsa- y no digamos que el ala izquierda de la Concertación.
Política ficción: supongamos que gana Piñera en 2010. ¿Qué será de Lavín entonces? ¿Pagaría Piñera los favores realizados por Lavín al atraer a los votantes de centro? ¿Ministro del Interior à la Insulza (para ver cómo la eventual Ministra de Defensa Jacqueline Van Ryselberghe se sube a un tanque, descolla en las encuestas y le quita la primera opción para la siguiente presidencial, jo jo)?
¿O quien realmente va a merecer ese premio es, cha chán, Adolfo Zaldívar, a quien traicionar no tiene costo político alguno?
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